Tema Central El Embrión - Lunes 31 10.00 a 13.00 Libertador B

 

Aspectos mediáticos

Dr. Daniel López Rosetti

 

El abordaje de “el embrión” y sus temas relacionados, aborto, clonación, ingeniería genética, células madre, etc., como tema en los medios de comunicación se encuentra condicionado por al menos cuatro ejes de análisis a saber: 1º una “tensión bioética”, 2º un condicionamiento social, 3º un condicionamiento de posición y 4º un condicionamiento de los medios de comunicación. El común denominador entre ellos es la emocionalidad negativa que provocan en una proporción importante de la población, de tal suerte que es un tema que en general es evitado por muchos medios de comunicación. La tensión bioética resulta como consecuencia de la rápida aparición de tecnologías que somete al juicio ético a nuevos desafíos en escaso tiempo. El condicionamiento social se ve determinado por nuestra historia política y social, además de la influencia religiosa. El condicionamiento de posición hace referencia a la ubicación frente al problema  de cada individuo en particular. Así no es lo mismo formar parte de la población alcanzada por el problema (mujer embarazada, etc.), la población de médicos por otro lado, o la población general. Por último el condicionamiento de los medios de comunicación. Los mismos danzan a la par del rating de manera que aquellos temas más solicitados por la gente se verán privilegiados mientras que aquellos que resulten emocionalmente aversivos o complicados no contarán con adhesión condicionando así la prevalencia de un tema en el espacio de comunicación. En definitiva, el desafío que el embrión como tema bioético somete a la población en general, a nosotros los médicos, y en particular a los medios de comunicación requiere de un abordaje serio en búsqueda de la difusión de la información científica necesaria para el debate social y búsqueda de consensos.

Aspectos Biológicos

Dr. Claudio Bisioli

 

Una pregunta que subyace en cada discusión sobre cuestiones éticas en reproducción asistida, clonación, medicina de células madre o “bebés de diseño” es la siguiente: ¿cuándo comienza la vida de un nuevo individuo humano, de una nueva persona?

 

Para algunos eticistas todos somos personas tan temprano como desde que somos zigotos (es decir, una sola célula con los dos núcleos, el femenino y el masculino), ya que:

- la fecundación origina un organismo genéticamente nuevo y único;

- la singamia (la unión de los núcleos masculino y femenino) no es solamente la “desaparición de fronteras”, sino el inicio de una combinación genética nueva y única

- cada célula del zigoto posee el total de la información genética en su ADN como para constituir un nuevo individuo.

 

Este es el punto de vista “biologicista o geneticista”, que propone que un nuevo individuo se crea en la fecundación o, más estrictamente, durante la singamia, cuando los complementos nucleares femenino y masculino se unen para formar uno nuevo. Según esta visión los pre-embriones humanos poseen el mismo estatus que los bebés recién nacidos: son seres humanos con potencial de desarrollo; resultaría incorrecto, entonces, trazar líneas arbitrarias para definir cuándo comienzan a ser personas: siempre son personas. Para los “biologicistas” es además incorrecto hacer distinciones entre el sentido biológico y el moral al referirnos a un ser humano.

 

En la vereda opuesta se encuentran aquellos que piensan que ni un zigoto ni un preembrión son personas debido a que:

- son simplemente un cúmulo de células que potencialmente pueden desarrollarse en un nuevo individuo, o en más de uno (en el caso de gemelos, por ejemplo);

- puede generar un tumor, una mola hidatiforme o un corioepitelioma, y no una persona;

- porta, en general, un número de anormalidades genéticas que hacen que muchos preembriones no implanten o, si lo hacen, se pierdan muy temprano en el desarrollo;

- tiene células individuales muy independientes como para constituir un individuo;

- carece de una constitución estructurada.

 

Esta es la visión “embriologicista” que sustenta la idea de que no podemos referirnos a un nuevo individuo hasta que no hayamos traspasado el día 12 de vida, ya que los preembriones son simplemente una agrupación de células que no poseen ningún estatus moral.

 

Existe un tercer punto de vista que afirma, como los geneticistas, que fijar un punto que defina el inicio de una persona sería arbitrario pero debido a que la vida se desarrolla gradualmente y no porque la fecundación origina un organismo genéticamente nuevo y único. Según esta visión, los preembriones merecen un “estatus especial” entre las simples células y los seres humanos, coincidiendo con los embriologicistas en que serían una entidad que potencialmente puede llegar a desarrollarse en una persona.