Acto de Apertura - Sábado 29 18.45 Libertador A

Conferencia de apertura: “Bioética y la revolución de Pigmalión y Galatea” a cargo del Prof. José Alberto Mainetti

 

De novo ars procreandi y el clon 

La revolución biológica o de Pigmalión comenzó siendo una rebelión ginecológica o de Galatea, contraceptiva en los años sesenta y reproductiva en los ochenta, en uno y otro caso disociadora de la sexualidad y la procreación, con sus respectivas consignas de rebeldía a la moralidad tradicional: primero “pecar sin concebir” y luego “concebir sin pecar”[1]

Los contraceptivos orales en mano de las mujeres significaron por cierto una liberación femenina, pero no sin efectos adversos, y la introducción de las tecnologías reproductivas dio origen a los más polémicos dilemas éticos. Cuando en Julio de 1978 (se cumplieron ahora treinta años) vio la luz el primer “bebé de probeta”, la tecnociencia había realizado un viejo sueño de la alquimia, el homúnculo u hombrecito in Vitro o ex útero. La técnica de la fecundación extra corpórea no era en principio sino un medio o remedio para embarazar mujeres infértiles. Pero quitar el huevo del nido no resultó un gesto menos prometeico que el robo del fuego. Con la reproducción asistida y la familia artificial se da un paso decisivo en un recorrido pleno de otras probabilidades antropoplásticas, como la congelación y donación de embriones, la maternidad subrogada (y pronto acaso ectogenética), la selección del sexo, el diagnóstico preimplantatorio, la clonación…

La crítica más general al novo ars procreandi se refiere a su artificialidad, a la que es tópico contrargumentar por la misma “naturaleza humana” como “artificial”. Así lo expresa sibilinamente M. Serres en Apéndice a El embrión transparente de Jacques Testart: “Llamamos hombre a ese animal cuyo cuerpo exilia sus funciones. La bestia es siempre fortaleza. Desprovisto del blindaje de la bestia, el hombre, poroso, pierde. Vierte su capacidad en el espacio. Esta derrota constituye la historia; ritma nuestra larga duración. ¿Por qué, entonces, la reproducción escaparía al mismo destino que ha enderezado nuestra marcha, reemplazado la presa por la palabra, grabado los recuerdos en pergaminos o memorias de ordenador, sembrado el mundo de máquinas e instituciones que son la ortopedia biónica de nuestras funciones y relaciones? Por lo mismo, el ovario y el escroto echan al exterior células célibes, que van por el mundo en pos de fortuna, sin ellos, pero auxiliados por la palabra y por la magnitud de la empresa. El cuerpo pierde nuevamente una de sus funciones y la siembra en el espacio para volver a originar objetos o instituciones, discurso y tiempo: evolución y no revolución; historia que se acomoda en lo que debiera haber sido previsto; lo habitual siempre nos sorprende”.[2]

Sin embargo persiste la sospecha, acaso un prejuicio, sobre el artificio como desnaturalización y desacralización de la procreación humana. Los temores iníciales sobre riesgos y daños del procedimiento se han mayormente disipado, y el carácter  unitivo de sexualidad y reproducción en la relación conyugal es un valor religioso, simbólico o extramoral. Más peso conserva la discusión sobre el estatuto ontológico y moral que detenta el embrión extracorpóreo, el pre-embrión o envitrón, el embrión in vitro. Con las tecnologías reproductivas, la inmemorial naturalidad y sacralidad de la procreación humana se torna inédita artificialidad, al par que el oscuro embrión deviene transparente envitrón, una entidad a mitad natural y a mitad artificial que nunca antes había existido, abierta ahora a novedosas posibilidades humanas y sujeta a innúmeras manipulaciones. Del embrión al envitrón, la vida humana naciente ha pasado de ser natural potencialidad a ser virtual posibilidad. Esta es, a mi juicio, la clave de la nueva cigontología, la ontología del huevo, que es tecnocigontología, invención del preembrión.

[1] Mainetti, J.A., “La revolución de Galatea”, en Quirón 1989, 20, 1:5

[2] Testart, J. El embrión transparente, trad. esp. Barcelona Ediciones Granica S.A., 1988, pp 155-156.