Aboerto
 
 
Dr. Juan Osvaldo Mormandi
 

Aborto infectado y aborto séptico

Se denomina aborto a la interrupción del embarazo antes de que el feto esté capacitado para la vida extrauterina en forma independiente. Con el progreso de la ciencia médica, el tiempo mínimo de permanencia dentro del útero, necesario para la vida extrauterina, ha ido disminuyendo. Hasta hace pocas décadas, era impensable la sobrevida de un bebe nacido antes de los 7 meses de gestación. Hoy se toma como tiempo mínimo los 180 días, considerándose aborto a la interrupción del embarazo antes de ese lapso.
El aborto puede ser espontáneo, cuando se produce por causas naturales. A esta categoría pertenecen también los que son consecuencia de causas externas como por ejemplo, los accidentes, traumatismos o enfermedades transmisibles.
El aborto provocado, es definido por la Organización Mundial de la Salud como el resultante de maniobras practicadas deliberadamente con ánimo de interrumpir el embarazo. Estas maniobras pueden ser realizadas por la propia embarazada o por otra persona.
El aborto provocado (también llamado inducido), puede ser considerado legal o delictivo según las leyes y costumbres de los países.
En la Argentina, el aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer embarazada no es punible si:

  • a) "se ha hecho con el fin de evitar un grave peligro para la vida o salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios”
  • el embarazo proviene de una violación por la cual la acción penal haya sido iniciada: “Cuando la víctima de la violación fuere una menor o una mujer idiota o demente”

El aborto espontáneo se produce en aproximadamente el 8 a 10 % de los embarazos. Sus consecuencias médicas son de muy poca gravedad, ya que prácticamente su única complicación es la hemorragia genital, que puede ser resuelta con relativa facilidad en cualquier institución pública o privada, sin riesgos para la vida de la madre.
El aborto provocado, cuando es realizado legalmente, tampoco es causa de complicaciones graves. En los Estados Unidos, la muerte materna por aborto legal es de 1,4 por cada 100.000 abortos. Por el contrario, cuando el aborto es practicado de manera ilegal, la mortalidad materna es de 500 por cada 100.000 abortos.
En la Argentina, pese a las fuertes restricciones morales, sociales y legales, y a las graves penalizaciones impuestas por la Ley tanto a los que realizan como a las que solicitan o consienten un aborto, las prácticas abortivas clandestinas son de un volumen significativo.
La clandestinidad misma del aborto provocado en nuestro país, hace que sea imposible conocer exactamente su magnitud. Sin embargo numerosos estudios basados en análisis estadísticos y encuestas obtenidos en maternidades y aún publicados oficialmente por el Ministerio de Salud y Acción Social (“Estadísticas Vitales” para 1995) establecen cifras que oscilan entre los 300.000 y 500.000 abortos provocados anuales. Ello significa que se practican en nuestro medio alrededor de 500 abortos por cada 1000 nacidos vivos.
El aborto provocado, realizado clandestinamente, es causa de complicaciones graves, sobre todo hemorragias e infecciones. Estas complicaciones pueden llevar a la muerte materna.
En la Argentina los abortos son la primera causa de mortalidad materna. Se estima que entre el 35 y el 45 % de las muertes maternas en nuestro país se deben a complicaciones del aborto inducido. Ello explica la alta tasa de mortalidad materna en nuestro país, que alcanza el 50 por 100.000 nacidos vivos, lo que no se corresponde con el nivel de alfabetización, atención médica y nivel socioeconómico.
En otros países con leyes parecidas al nuestro pero con buenos programas de planificación familiar las tasas de mortalidad son marcadamente inferiores.
Costa Rica , Chile y Cuba son buenos ejemplos de cómo los programas de planificación familiar que sustituyen el aborto por medios preventivos de regulación de la fecundidad, logran bajar la tasa de mortalidad materna. Costa Rica bajó la mortalidad por aborto de 95 por 100.000 en 1970 a 22 por 100.000 en 1992. Chile disminuyó la mortalidad de 168 por 100.000 en 1970 a 36 por 100.000 en 1993. Cuba de 140 en 1962 a 32 en 1984. En Argentina la tasa de mortalidad materna se mantiene por encima de las 50 muertes por cada 100.000 nacidos vivos desde 1981. La situación se agrava en algunas regiones del país como el noroeste y noreste con tasas de mortalidad materna de 88.9 y 84.7 % respectivamente. Si se considera la edad, la mortalidad materna de las embarazadas menores de 15 años de edad, alcanza en el noroeste argentino a 209 por 100.000, equivalente a la tasa de mortalidad de Kenya (204 por 100.000) y Honduras (211 por 100.000).
Como se puede apreciar, la muerte materna por aborto, equipara a los bolsones de pobreza de distintos países, se acentúa en las adolescentes embarazadas, y solo disminuye cuando se intenta seriamente prevenir los embarazos no deseados.
Pero la muerte no es la única secuela de un aborto inseguro, clandestino o ilegal. El aborto provocado clandestinamente puede traer como consecuencias infecciones severas, hemorragias graves, lesiones de vísceras abdominales y pelvianas, insuficiencia renal, shock, etc.
Dijimos al comienzo que el aborto espontáneo raramente se infecta, pero que el aborto provocado se infecta con frecuencia. La frecuencia de la infección en el aborto provocado es mayor cuanto peor es la situación socioeconómica de la mujer que aborta y menor es su edad.
En el Servicio de Ginecología del Hospital Eva Perón (Ex Hospital Castex) de San Martín, Provincia de Buenos Aires, en el que me desempeño como médico desde 1966 y cuya jefatura ejerzo desde 1983, las complicaciones del aborto son la permanente primera causa de internación. Con una internación histórica de 1000 a 1500 pacientes por año, las mujeres con complicaciones del aborto ocupan entre el 30 y el 40 % de las camas. Un 30 % de éstas pacientes se internan con diagnóstico de aborto infectado.
El aborto infectado es el aborto complicado con una infección.
Si la infección está localizada en la cavidad uterina (es decir, que solo los restos embrionarios, la placenta o la mucosa de la matriz están infectados), estamos ante un aborto infectado simple. La paciente sólo tendrá fiebre, hemorragia y frecuentemente restos ovulares fétidos o malolientes. En estos casos, que afortunadamente son los más frecuentes, el problema médico puede resolverse con un rápido e intensivo tratamiento antibiótico y un raspado evacuador del contenido uterino. En este estado recibimos y tratamos a más de 200 pacientes por año. Es decir, poco menos de 1 paciente por día.
Si la infección se propagó más allá de los límites del útero (a las trompas, a los ovarios, a los intestinos, al abdomen y pelvis, o por la sangre al hígado, riñones o pulmones) el cuadro es el de un aborto séptico.
En este caso, que representa un tercio de los abortos infectados, la solución es mucho más compleja, pudiendo requerir, además de las medidas anteriores, distintos tipos de técnicas quirúrgicas, que incluyen con frecuencia la apertura de la pared abdominal , el drenaje de abscesos, y a veces la extirpación de una o ambas trompas u ovarios o aún del útero.
En este estado, debido a extrema pobreza , a la ignorancia, vergüenza o miedo, llegan más de 70 pacientes por año, es decir aproximadamente una paciente cada 5 días.
Existen casos lamentables, en que la demora en consultar fue extrema, o el método utilizado para abortar muy primitivo (tallos de perejil, agujas de tejer, cordones de cuero, instrumental mal esterilizado, etc), en que es imposible asistir a las pacientes en la Sala de Ginecología, por estar afectados gravemente muchos órganos (hígado, riñones, pulmones, etc). Ellos integran el trágico grupo de abortos sépticos graves, que deben ser asistidos en la Unidad de Terapia Intensiva.
Entre 1990 y 1999 debieron asistirse en Terapia Intensiva 48 pacientes con aborto séptico grave. Los tratamientos más frecuentes en estos casos, incluyeron, hemodiálisis, asistencia respiratoria mecánica , antibióticos y cirugía, debiendo ser necesaria la extirpación del útero en 17 casos.
Murieron 5 pacientes, es decir, el 10 % de las internadas por aborto séptico grave.
El costo económico también fue altísimo.
Este es un breve relato, objetivo, desapasionado y que intenta mostrar con cifras personales y oficiales, la realidad del aborto.
La realidad es que un enorme número de mujeres optan por sufrir el estrés o el terror, y correr el peligro de un aborto inseguro e ilegal en lugar de tener un hijo no deseado (¿optan?).

Cabe preguntarse:

  • ¿Por qué aborta la mujer?
  • ¿Qué otras alternativas tiene una mujer que se enfrenta a un embarazo indeseado?
  • ¿Por qué hoy en día, existiendo métodos anticonceptivos relativamente seguros, económicos y de fácil empleo, el embarazo indeseado y el aborto sigue siendo un hecho común?
  • ¿Qué soluciones prácticas aporta la familia?
  • ¿Qué soluciones prácticas aporta el Estado?
  • ¿Qué soluciones prácticas aporta la escuela?
  • ¿Qué soluciones prácticas aportan las Iglesias?
  • ¿Qué soluciones prácticas aportan los agentes de salud?

Mientras escribo estas líneas, seguramente una mujer está muriendo por complicaciones de un aborto en la Argentina, decenas luchan por sus vidas en una sala de Terapia Intensiva y miles tienen la “fortuna” de estar esperando el alta en una Sala de Hospital...

Dr. Juan Osvaldo Mormandi
- DOCENTE AUTORIZADO DE GINECOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES.
- JEFE DEL SERVICIO DE GINECOLOGÍA HOSPITAL “EVA PERÓN” (Ex Hospital Castex)
BUENOS AIRES. ARGENTINA.
-VICEPRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ARGENTINA PARA EL ESTUDIO DE LAS INFECCIONES
EN GINECOLOGÍA Y OBSTETRICIA.

   
 
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